El descubrimiento de los antibióticos fue un gran avance para el tratamiento de las enfermedades infecciosas de origen bacteriano.
Hasta principios del siglo XX, estas enfermedades eran incurables, como la tosferina, la meningitis bacteriana, la neumonía o la tuberculosis.
Los antibióticos no sólo se utilizan para tratar enfermedades infecciosas bacterianas, sino también como coadyuvantes en otras enfermedades; como en pacientes inmunosuprimidos; en pacientes trasplantados y en niños prematuros.
Además, se ha hecho un uso inadecuado en gripes y resfriados, provocados por virus. Los antibióticos no son eficaces contra estos microorganismos. Esto ha hecho que su consumo se haya aumentado y descontrolado.
Europa tiene un importante problema de salud pública, ya que están apareciendo bacterias súper resistentes a los antibióticos. Estas bacterias, lo que hacen es adaptarse de tal forma, que no son sensibles a varios antibióticos distintos. Esto provoca miles de muertes al año, sobre todo en el ámbito hospitalario.
Bajo el lema “Los antibióticos, tómatelos en serio” se intenta concienciar para que se realice un uso adecuado de los antibióticos.
Los farmacéuticos como especialistas del medicamento velamos por la salud de los pacientes y de la sociedad.
Ante una consulta que nos hagáis y no podamos solucionar en la farmacia, os vamos a recomendar ir al médico para su valoración, ya que estos medicamentos sólo son bajo prescripción médica.
Ante la perspectiva de tener que tomar antibiótico, es muy importante cumplir la posología y el tiempo de duración, y no dejarlo porque hayan desaparecido los síntomas. Si dejamos el tratamiento a medias podemos provocar la aparición de resistencias puesto que no terminamos de destruir las bacterias que han provocado la infección.
El antibiótico SIEMPRE con receta, sea del médico o del veterinario. Los antibióticos de uso animal también tienen que tener un control aunque no sean animales para consumo, ya que su abuso puede inducir resistencias, que posteriormente afectarán al ser humano. Desde la farmacia se hacen declaraciones anuales de los antibióticos dispensados de uso veterinario.
Los medicamentos siempre en la farmacia, únicos establecimientos autorizados para su dispensación. No utilices medicamentos que no vengan en su envase original y con su correspondiente prospecto. La seguridad es nuestra prioridad, sea para uso humano o animal.
Recordad que los antibióticos sólo son eficaces contra infecciones bacterianas, NO contra virus, hongos o parásitos.
Los antibióticos no son selectivos, es decir atacan a todo tipo de bacterias que sean susceptibles; entre ellas las propias de nuestra flora intestinal; lo que puede llevar a problemas gastrointestinales o a disbiosis. La disbiosis es un desequilibrio de la flora, esto se puede evitar con el uso de probióticos durante el tratamiento con antibiótico.
Los probióticos deben tomarse separados del antibiótico, para que no pierdan su efecto.
En el caso de que sean levaduras probióticas, como el saccaromyces, no es necesario distanciar la toma del antibiótico y el probiótico.
Ante cualquier duda, “Consulta a tu farmacéutico”