Hoy os vamos a hablar de una patología que, a pesar de no tener una prevalencia alta, puede llegar a tener repercusiones significativas en la calidad de vida de los pacientes que la padecen.
1. ¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por lesiones bien definidas con escamas típicas blanco-nacaradas. Se presenta en forma de brotes con exacerbaciones y remisiones. Afecta al 1,5-3,5% de la población, repercutiendo de forma importante en la calidad de vida de quien la padece.
2. ¿Por qué ocurre?
La etiología de la psoriasis es desconocida. En la actualidad se estudia como una enfermedad en la cual intervienen factores genéticos, ambientales e inmunes:
- Factores genéticos: la psoriasis no es una enfermedad hereditaria, pero existe una predisposición genética para padecerla y un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis.
- Factores ambientales: se sabe que el consumo de alcohol, el tabaco y el estrés repercuten de forma negativa. Además, los climas fríos se asocian a un empeoramiento de la enfermedad y los calurosos a mejoría. En general los pacientes mejoran con la exposición al sol.
- Factores inmunes: también se sospecha de una alteración inmunológica, habiéndose observado que la psoriasis aparece con frecuencia después de la suspensión de los corticoides (rebrote), que se ve agravada por el uso de algunos medicamentos, y que las lesiones se asocian con aumento de la actividad de las células T en la piel.
- Otros: algunos fármacos, como sales de litio, betabloqueantes, antimaláricos o AINEs pueden agravar la psoriasis. Asimismo, cualquier traumatismo o irritación de la piel puede dar lugar a la aparición de lesiones psoriásicas (fenómeno de Köebner).
3. ¿Cómo se manifiesta?
La lesión elemental es una pápula o placa eritematosa, de tamaño variable, roja y abultada, la cual está cubierta de escamas blanquecinas brillantes que se desprenden fácilmente. Estas lesiones pueden picar, doler y a veces se agrietan y sangran. Preferentemente se localizan en codos, rodillas, superficies extensoras de las extremidades y cuero cabelludo, aunque pueden aparecer en cualquier otra parte del cuerpo.
4. ¿Qué tipos de psoriasis existen?
- Psoriasis en placas: es la forma más frecuente de la enfermedad y se caracteriza por placas rojas bien delimitadas que pueden medir desde pocos milímetros hasta varios centímetros de diámetro.
- Psoriasis palmo-plantar: esta forma de psoriasis se caracteriza por placas muy secas e hiperqueratósicas y puede interferir mucho en el trabajo y en la vida personal, porque la piel suele agrietarse, sangrar y doler.
- Psoriasis en cuero cabelludo: la afectación del cuero cabelludo es muy frecuente. Se presenta en forma de descamación seca muy adherida (caspa gruesa) sobre una zona roja del cuero cabelludo.
- Psoriasis en las uñas: es muy variable ya que algunos pacientes no la tienen, otros tienen pequeños «puntos» en las uñas, parecidas a las marcas de un dedal, algunos tienen engrosamiento y deformación de la uñas, y otros manchas amarillas que corresponden al despegamiento de la uña de su lecho. Su diagnóstico es difícil, porque todas las enfermedades de las uñas se parecen mucho.
- Psoriasis en gota: este tipo de psoriasis cursa con lesiones pequeñas, menores de 2 cm, numerosas y distribuidas de forma irregular por todo el cuerpo, como una salpicadura. Es más frecuente en niños y jóvenes. Suele aparecer tras una infección por estreptococos (bacterias). Dura dos o tres meses y desaparece espontáneamente.
- Psoriasis eritrodérmica: cuando las lesiones afectan casi toda la superficie cutánea. La piel se encuentra muy roja, caliente y se descama de forma abundante. Es una forma grave de psoriasis aunque muy poco frecuente.
- Psoriasis pustulosa: es una complicación grave y poco habitual, en la que aparecen pústulas estériles (granos de pus no infecciosos) sobre las placas. Hay una forma localizada normalmente en manos y en pies, y otra generalizada.
5. ¿Cómo puedo tratarla?
Lo primero que debemos saber es que no existe un tratamiento que logre una curación definitiva. El objetivo del tratamiento es librar la piel de lesiones durante un periodo lo más largo posible, lo que se llama «blanquear, limpiar o aclarar las lesiones», o conseguir su remisión.
El tipo de tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad, el estilo de vida de la persona, las enfermedades que tenga, su edad y sus preferencias. El dermatólogo puede aconsejar medicamentos para aplicar en la piel, es decir, terapéutica tópica. También puede recomendar la exposición a la luz ultravioleta (fototerapia) y, finalmente, para la psoriasis más intensa puede aconsejar medicamentos orales, subcutáneos, intramusculares o intravenosos (tratamientos sistémicos).
Aunque todos los tratamientos son efectivos para mucha gente, ninguno lo es para todo el mundo, ya que la respuesta a cada tratamiento varía de una persona a otra.
Para terminar os dejamos cinco consejos para el cuidado adecuado de la piel del paciente con psoriasis:
- Evitar productos agresivos o utensilios que puedan irritar la piel.
- Mantener una correcta higiene de las uñas y tenerlas adecuadamente recortadas para evitar, cuando nos rasquemos, infecciones sobre la piel.
- Son muy recomendables los productos a base de avena para el baño ya que pueden contribuir a reducir el picor y la sensación de sequedad.
- Evitar utilizar perfumes o colonias aplicados directamente sobre la piel.
- No olvides que hay medicamentos, como los antiinflamatorios o fármacos con yodo en su composición, que pueden empeorar los síntomas de la psoriasis. Y muy importe: cuando utilices corticoides, no los suspendas de forma brusca.