Existen muchos mitos relacionados con la “celulitis”. Es muy probable que alguna vez hayas escuchado que cuánta más comida basura comas, más celulitis te saldrá; que, aunque te eches mil cremas “milagro”, esta no va a desaparecer; o que. por el simple hecho de ser mujer, da igual lo que hagas, tarde o temprano aparecerá en tu cuerpo. Por eso, este blog va dirigido a todas aquellas que piensan que no hay esperanza.
Tenemos que ser conscientes que ninguna nos vamos a librar de llegar a la vejez sin celulitis porque es cuestión de estado. Sin embargo, conociendo realmente qué es, cómo se produce y qué podemos hacer para retrasar su aparición o para combatirla; te sorprenderás de la cantidad de soluciones que hay a nuestro alcance para hacer frente a esa horrible piel de naranja que afea nuestros muslos, glúteos o cartucheras
La celulitis o “lipodistrofia ginecoide” consiste en una serie de alteraciones de tipo metabólico del tejido subcutáneo, que conducen a la acumulación de nódulos adiposos (grasa) generando una modificación de la forma corporal y una apariencia poco estética de la piel. Estas alteraciones de tipo metabólico se originan debido a 4 causas fundamentales: trastornos de tipo bioquímico que generan una elevada retención de agua, trastornos de tipo circulatorio, procesos de tipo inflamatorio y el envejecimiento de la piel. Sobre estas cuatro causas es dónde más difícil nos resulta intervenir, sin embargo, dónde sí podemos actuar de manera más efectiva es sobre aquellos factores que favorecen su aparición; cómo son los hábitos nutricionales, comer un exceso de grasas saturadas e hidratos de carbono (esto explica porqué incluso mujeres muy delgadas pueden tener celulitis, el sobrepeso es un factor desencadenante, no una causa determinante de la celulitis. Al igual que ser mujer, los estrógenos favorecen la acumulación de grasas, pero también puede haber algún hombre que la presente), la vida sedentaria, el uso de ropa ajustada o de zapatos de tacón y el consumo de tabaco
Como vemos la base, cómo en casi todo, vuelve a ser la alimentación. Somos lo que comemos y una dieta equilibrada y variada ayudará al correcto funcionamiento del sistema linfático y circulatorio, dos focos importantes a los que prestar atención. No se trata de ser restrictivas, no debemos fulminar las grasas o los carbohidratos de nuestra alimentación puesto que nuestro organismo los necesita para su correcto funcionamiento, pero sí equilibrar aquello que ingerimos diariamente. Alguno de los alimentos con cuyo consumo diario podemos ayudar a que nuestra piel se vea más firme y lisa son: la pera, la piña, los plátanos, las semillas de girasol, las semillas de linaza, el jengibre, las nueces, el huevo, el apio, el romero, la col rizada, los cítricos, la cebada y como no, el consumo regular de agua, pues una buena hidratación ayudará a la eliminación de toxinas y favorecerá una correcta circulación tanto a nivel sanguíneo como linfático . Esta dieta deberá verse acompañada por una actividad física regular con actividades, primero que te motiven ya que para lograr notar los efectos hay que ser constante en esto del ejercicio, y segundo que pongan a funcionar nuestras células. También llevar hábitos de vida saludables como no beber alcohol y no fumar, o incluso el vestir ropa ancha y calzado plano te hará notar una mejoría importante en tu piel. Es un proceso lento y exhaustivo, dónde la constancia es fundamental. Los resultados no se aprecian rápidamente, por lo que desde la oficina de farmacia os ofrecemos una serie de tratamientos cosméticos efectivos cómo complemento para acelerar los efectos, consiguiendo que sigamos motivadas y continuemos llevando esa vida sana.
Comenzaremos con un exfoliante corporal, ayudan a eliminar las células muertas que impiden poder absorber correctamente el anticelulítico y estimulan la microcirculación. A continuación, emplearemos nuestro anticelulítico. En el mercado existe una amplia oferta de productos que van desde cremas de uso diario después de la ducha (es el momento idóneo para aplicarlo puesto que con la piel mojada es cuando mejor se absorben los activos de las cremas) a concentrados para ser utilizados un número limitado de días por su elevado poder de acción. Todas ellas suelen presentar una composición basada en la misma idea, incorporan principios con efecto lipolítico, (cómo la cafeína, la carnitina o el té verde) favoreciendo la reducción de la acumulación de grasa localizada y activos con efecto drenante, (cómo el ginkgo biloba, la vid roja o el pycnogenol) que mejoran la circulación, evitan la hinchazón y drenan el exceso de líquidos. En la actualidad, también disponemos en el mercado, y cada día con un mayor número de adeptos, de nutricosméticos anticelulítico como complemento a este tratamiento tópico. Su composición es muy similar a las cremas, pero la diferencia es que estos activos, al ser ingeridos, actúan desde el interior de nuestro organismo. Combaten las causas desde dentro por lo que su acción se ve sumamente incrementada. Al combinar ambos tratamientos conseguirás atacar a la celulitis desde todos los puntos posibles.
Como veis sí es posible hacer frente a la piel de naranja. Con trabajo, constancia, fuerza de voluntad y un poquito de ayuda conseguiréis erradicar la celulitis sin necesidad de recurrir a esos tratamientos tan caros que anuncian las clínicas estéticas y cuya efectividad aún está por demostrar.
¡Me ha encantado el post! La lectura es muy amena y ha resuelto todas las dudas que tenía al respecto. Enhorabuena!!! Espero que sigáis subiendo más cosas al blog .