En los últimos años los retinoides han ido ganando su fama dentro del mundo de la dermocosmética, y la verdad que una fama bien merecida ya que los resultados que obtenemos en nuestra piel tras su uso hablan por sí solos. Por eso esta semana quiero enseñarte tres rutinas diferentes, con tres objetivos distintos y un elemento común: un retinoide.
Antes de empezar me gustaría recordarte qué son los retinoides y qué beneficios aportan a nuestra piel. Los retinoides son derivados de la vitamina A con una estructura química muy similar a ésta. Se dividen en grupos en base al número de conversiones que tienen que llevar a cabo en el interior celular para llegar a ácido retinoico, la forma biológicamente activa. Así encontramos en primer lugar los ésteres de retinol, los cuales se convierten en retinol, que a su vez se convierte en retinal y por último se metaboliza en ácido retinoico.
Estas moléculas tienen la capacidad de estimular de forma directa al fibroblasto, queratinocito y melanocito, aumentando la renovación celular. También cuentan con eficacia antioxidante.
A nivel de la epidermis (la capa más externa de la piel) aumenta su grosor a la vez que se afina el estrato córneo, lo que se traduce en una disminución de las líneas de expresión y de las manchas. Además, la piel se verá más lisa, suave, con el tono unificado y más luminosa.
A nivel de la dermis (capa más profunda de la piel) promueve la producción de fibras de colágeno y elastina, por lo que va a mejorar la firmeza y elasticidad de la piel y disminuir las arrugas más profundas. Además, mantienen la hidratación de la piel y previenen la aparición de manchas.
El más famoso entre ellos es el retinol, la molécula antiedad por excelencia. Y te preguntarás… ¿entonces sólo lo pueden usar las pieles maduras? La respuesta es no. Dependiendo la necesidad de nuestra piel lo vamos a poder incluir en nuestra rutina. Aquí te dejo tres ejemplos de rutinas con diferentes necesidades que pueden tener en común el uso de un retinoide.
Rutina 1. Piel con marcas de acné
El objetivo principal aquí es atenuar las marcas post acné y homogeneizar el tono de la piel. Para ello, en la rutina de noche es interesante incluir un producto con un retinoide. En este caso te propongo el sérum de retinol de Cerave ya que, además de exfoliar y mejorar la apariencia de las imperfecciones, restaura y repara la barrera cutánea de la piel gracias a las ceramidas. La fórmula lleva un 0,1% de retinol encapsulado que se va liberando progresivamente, lo que mejora también su tolerabilidad. Además, la fórmula incluye extracto de regaliz para unificar el tono de la piel.
Rutina 2. Piel con hiperpigmentación
Los retinoides son capaces de actuar sobre las diferentes etapas de la melanogénesis promoviendo la eliminación rápida de pigmento gracias al aumento de la renovación epidérmica, disminuyendo el número de melanocitos cargados de melanina. Por este motivo, vamos a incluirlos en nuestra rutina de noche.
En este caso te propongo usar la gama Neoretin de los laboratorios Cantabria. ¿Por qué? Porque en todas sus fórmulas incluye la tecnología Retinsphere que asocia dos retinoides muy estables, eficaces y de muy buena tolerabilidad: hidroxipinacolona retinoato y retinol estabilizado y encapsulado.
Rutina 3. Piel con fotoenvejecimiento.
Como te he comentado al principio, los retinoides son transformadores de la piel y, gracias a su acción sobre la epidermis y la dermis, no pueden faltar en una buena rutina antiedad.
En esta rutina vamos a incluir el sérum Retinal Intense de Isdin, un sérum con retinal al 0.1% combinado con bakuchiol, melatonina y niacinamida que nos va a ofrecer propiedades renovadoras de la piel a la par que nos va a aportar firmeza y elasticidad y acción antioxidante.
Recuerda que si nunca has usado un retinoide es mejor introducirlo poco a poco en tu rutina de noche y no olvides tu protector solar por la mañana :) ¡Hasta la semana que viene!