Seguro que más de una vez has oído hablar de los alfa hidroxiácidos, esas moléculas que están tan de moda en el mundo de la dermocosmética actualmente. Si no sabes de qué te estoy hablando presta atención a lo que te voy a contar a continuación.
Los alfa hidroxiácidos (AHAs) son ácidos orgánicos hidrosolubles con propiedades exfoliantes, hidratantes y regeneradoras. Se llevan usando muchos años por los beneficios que aportan a nuestra piel, sobre todo en casos de acné y envejecimiento.
Tienes que saber que las células de nuestra piel tienen la capacidad de renovarse cada 28 días. Éstas nacen en la dermis, suben hasta la superficie y allí mueren y se eliminan naturalmente. Gracias a este ciclo, nuestra piel se mantiene sana y visiblemente bonita.
Con el paso de los años, esta capacidad de renovación celular va volviéndose más lenta y las células muertas se van acumulando en la superficie de la piel. Es por ello por lo que nuestra piel adquiere un tono y una textura irregular. La clave para restablecer este proceso está en eliminar estas células muertas y estimular su ciclo de regeneración mediante la exfoliación, y este tipo de ácidos lo hacen muy bien.
Además de exfoliar, estos ácidos tienen propiedades hidratantes ya que son capaces de retener el agua en las células del estrato córneo, y regeneradoras, pues favorecen la formación de colágeno al aumentar la actividad de los fibroblastos. Como ves son muy completitos, ¡por eso nos gustan tanto!.
¿Cuáles son los AHAs más usados en cosmética?
El rey de los AHAs, sin duda alguna, es el ácido glicólico. Se obtiene de la caña de azúcar y es el más conocido por su gran poder exfoliante y renovador. Se usa mucho para tratamiento de marquitas de acné, manchas, arrugas de expresión y falta de luminosidad.
Otro muy conocido es el ácido láctico, el cual proviene de la leche. En concentraciones de hasta el 5% es un fantástico hidratante de las pieles secas y sensibles. En concentraciones de hasta el 10% posee propiedades hidratantes y exfoliantes. Por ello, se usa en casos de xerosis, ictiosis e hiperqueratosis.
De las almendras amargas se obtiene el ácido mandélico, el AHA más grande y cuya absorción es más lenta. Debido a esto, su efecto irritante es menor y lo pueden usar las pieles sensibles. Además tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, de ahí que sea interesante en pieles con rosácea.
El ácido cítrico seguro que también te suena. Se obtiene de las frutas cítricas y se usa como agente antioxidante. Tiene efecto despigmentante y astringente, por eso es común encontrarlo en cosméticos para pieles grasas.
El ácido málico se extrae de la manzana. Es poco irritante y por lo tanto apto en las pieles más sensibles Lo solemos encontrar combinado con otros AHAs y tiene propiedades antioxidantes.
Por último, el ácido tartárico. Este ácido se extrae de la uva y tiene un potente efecto despigmentante.
¿Qué tienes que tener en cuenta a la hora de usarlos?
- Se aplican por la noche, con la piel limpia y bien seca.
- Al comienzo de su uso puedes notar un ligero escozor, es normal.
- Si es la primera vez que los usas, empieza con concentraciones más bajitas y ve subiendo según tolerancia.
- No debes aplicarlo en zonas irritadas ni mucosas.
- No son fotosensibilizantes, pero debes aplicarte el protector solar por la mañana mientras estés usándolos ya que la piel está más sensibilizada y la radiación solar podría irritarte la piel.
¿Incluyes algún tipo de AHAs en tu rutina?