Ya es verano y con él han llegado los enemigos principales de nuestra piel: los mosquitos. Hay numerosas formas en las que podemos protegernos de picaduras cuando hacemos actividades al aire libre. También hay maneras de mantenerlos alejados de nuestra casa.
Tipos de repelentes de mosquitos
Repelentes químicos: en la farmacia encontramos repelentes químicos en formato de crema, loción y aerosol.
Pulseras antimosquitos: éstas son un formato cómodo de usar repelente, sin embargo, no es el más eficiente, ya que cuando rociamos el producto sobre la piel, la protección es más fiable. Las pulseras pueden llevar ingredientes químicos o naturales. Hay que seguir las instrucciones del fabricante para garantizar la eficacia de la pulsera.
Repelentes naturales: hay repelentes de insectos provenientes de la naturaleza, como la citronela, el aceite de lavanda o el aceite de hierba de limón. Se pueden aprovechar en su forma natural o adquirir pulseras, aceites esenciales y velas de estos repelentes naturales.
Ropa antimosquitos: hay ropa preparada para alejar insectos, ya que está impregnada con ingredientes químico repelentes. Es una buena forma de tener una protección extra al aire libre. La eficacia y durabilidad de esta protección depende de la calidad de las prendas en cuestión.
Repelente ultrasónico de mosquitos: no está probado científicamente que estos dispositivos sean eficaces contra los mosquitos, sin embargo, es una forma común de intentar repeler los mosquitos en el hogar. Recomendamos, por si acaso, usar velas repelentes en casa.
¿Cómo tratar la piel cuando usamos repelente de mosquitos?
Aquí nos gusta mucho dar consejos sobre el cuidado de la piel. El repelente de mosquitos no implica un daño para la piel normalmente. Sin embargo, es posible experimentar alguna reacción alérgica o irritación. Es por esto que recomendamos realizar una prueba de parche la primera vez que te vayas a aplicar un producto repelente en concreto.
De todas formas, nos gustaría darte unos consejos sobre el tratamiento de la piel cuando te aplicas repelentes:
Limpieza: es lo primero que tienes que hacer cuando ya no necesitas la protección del repelente. Lava tu piel con agua tibia y un jabón suave para eliminar los químicos del producto.
Hidratación: algunos repelentes podrían provocar sequedad en tu piel, por lo que este es el segundo paso a seguir una vez realizada la limpieza.
Protector solar: el repelente de insectos no nos protege del sol, obviamente, por lo que es imprescindible aplicar el que sea de tu preferencia, sobre todo si vas a permanecer al aire libre mucho rato.
Evita el contacto con los ojos: esto parece una obviedad, pero es necesario advertir sobre ello, ya que usar un producto repelente con pulverizador puede incitarte a rociarlo directamente en el rostro. Por el contrario, hay que echar el producto en las manos para aplicarlo en la cara, para evitar irritar los ojos y las mucosas. Si te entra en los ojos, enjuágalos con abundante agua.